violencia contra las mujeres

Me preguntaba  un compañero la diferencia entre violencia de género y violencia doméstica.

Que sí, que ya le vale preguntar eso a estas alturas, pero es cierto que los contenidos ideológicos que sustentan las palabras y expresiones a veces son complicados.

Así, habrá que recordar el debate, muy antiguo, sobre la denominación "doméstica" que se circunscribe al hogar familiar y ahí quedaba, como un asunto privado, algo que abordar desde la buena educación, los modales y ciertas dosis de caballerosidad ("los que pegan a una mujer son unos cobardes"). 

Ha sido una pelea dura el que la violencia contra las mujeres traspasara las fronteras del ámbito familiar y comenzase a tratarse como una cuestión social, como un resultado de las relaciones desiguales de poder entre hombres y mujeres.

Hubo que explicar mucho (y aún hoy) el peso, la influencia y el poder que transmite la cultura patriarcal a los valores sociales. Hay que desmenuzar bien (y mucho) los mecanismos de esa cultura, comenzando por los más gruesos y evidentes (misoginia, feminicidios...) hasta los más sutiles (estereotipos, roles, desvalorización...).

Y hoy, queremos que se nombre como violencia contra las mujeres, sea doméstica o no.


Violencia de género es, en nuestro ordenamiento jurídico en España y según la definición de la ley, la que se da en el entorno de la pareja y ex pareja y heterosexual, añado.
La violencia doméstica se define en un contexto distinto, por un lado  de adultos hacia las mujeres (la de varones de la familia, sean padres, hermanos, hijos...) y por otro incluye la que se pueda ejercer contra personas mayores o en la infancia dentro de un entorno familiar.

La violencia contra las mujeres es un concepto global, trasciende el ámbito geográfico, identifica un origen común y vehicula la intervención para su erradicación desde todos los campos.
Los conceptos jurídicos sirven en su momento para ensamblar y dar contenido una ley necesaria que vendrá a aportar algunas fórmulas de intervención para frenar tan terrible realidad.
La violencia contra las mujeres existe porque existe desigualdad y la desigualdad existe en todo el mundo, adquiere muchas formas de manifestarse y se ejerce con total impunidad en muchas sociedades. No es un episodio doméstico ni residual, tiene raíces profundas y nutrientes que la alimentan desde hace siglos. Doctrinas, filosofías, leyes, preceptos, tradiciones, en definitiva,  no hay campo del pensamiento, teorías y creencias que no hayan fundamentado de alguna forma la inferioridad de las mujeres respecto de los varones ni justificado las prácticas más coercitivas de la libertad, incluídos los homicidios, mutilaciones, confinamientos y otras prácticas infames.
La lucha de las mujeres es la que ha ido transformando la sociedad, su cultura, sus valores, sus conceptos introduciendo la igualdad de oportunidades y el derecho de ejercer la libertad individual en todos los ámbitos.

La lucha de toda la sociedad, de hombres y mujeres, será la que erradique la violencia contra las mujeres.

                                                                                                                                 Frambuesa.