24 de agosto de 2013

cobardes, lameculos y correveydiles

En general, entiendo  la lealtad y la amistad, forjadas en ocasiones a lo largo de muchos años, o también en el fuego de la solidaridad, la entrega y el apoyo mutuo. 
Cobardes, lameculos y correveydiles son otras categorías que no tienen nada que ver con la amistad o la lealtad.

Y últimamente veo tan claro que nos rodean multitud de especímenes de esas categorías que me sorprende su proliferación, claro que es mucha la ingenuidad por mi parte, a estas alturas de la vida y con mi edad, no caer en la cuenta que nunca se han extinguido. 
Cobardes que nunca expresarían en voz alta opiniones contrarias sobre personas que, por una u otra razón, ostentan cargo o testosterona suficientemente evidentes y por ello se asustan, e intentan no parecer cobardes, justificando acciones y omisiones. además de culpabilizar a quiene sufren (sufrimos) los desmanes, arbitrariedades, imposiciones, atropellos o exigencias de esas. Demasiada cobardía percibo e mi alrededor.
Lameculos... pocas explicaciones se necesitan para entender qué cosa es ser lameculos... Lameculos a quienes por una y otra razón ostentan cargo o testosterona suficientemente evidentes y por ello y con ello pretenden granjearse sus simpatías, mendigan una mirada, un gesto o unas palabras de reconocimiento... supongo que con la secreta aspiración de llegar a parecerseles...
Correveydiles... son quienes se quedan siempre al margen de todo, nunca toman partido pero están al corriente de lo que sucede  y siempre, siempre van de acá para allá contando, insinuando, opinando... pero nunca, jamás, buscan la justicia ni son testigos de nada, solo son correveydiles. Como un grifo abierto por el que dejar correr la maledicencia, las mentiras, los bulos...
Cobardes, lameculos y correveydiles son como los pedos... a veces no se sabe bien identificarlos, pero el olor les delata.... y nos asquea.

Frambuesa