29 de enero de 2012

REFORMA CON NOMBRE DE MUJER

Cuando han empezado a salir en prensa las reformas que el Ministerio de Justicia plantea, me ha venido a la memoria dos mujeres republicanas: Dolores Ibárruri, que denominaba a sus compañeras de prisión, principalmente prostitutas, como “presas sociales” (en contraposición a ella misma como “presa política”) y  Victoria Kent, que en 1931 emprendió la  Reforma de las Prisiones  y, fue la  primera mujer que ocupó el cargo de Directora de Prisiones.
Aquí nos limitaremos a realizar  una síntesis,  brevísima, de la reforma penitenciaria impulsada por la segunda.
A Victoria Kent se la recuerda sobre todo por su, nada acertada, oposición al voto femenino.  Sin embargo, inició una reforma estructural profunda del sistema penitenciario español, basándose en  los modelos de Suecia y Noruega.
Convencida de que las cárceles eran “centros de deformación humana”,  e inspirada en la “teoría de la responsabilidad social”, según la cual es la desigualdad social el agente propulsor de la delincuencia, y corresponde, por tanto, a  la sociedad la responsabilidad de su reeducación y reinserción como miembros útiles de ésta , inicia una amplia modificación legislativa.
Sus políticas transformadoras se orientaron en tres aspectos:
1.       Los derechos civiles de la población reclusa.  
2.       La dignificación de la vida en las cárceles.
3.       La profesionalización del personal de prisiones.
Para el desarrollo de los derechos civiles  estableció disposiciones legales  como: la libertad de culto, los buzones de sugerencias para los presos y presas, la entrada libre de periódicos,  los talleres de de formación, la celebración de conferencias y conciertos,…   Y, quizás las más importantes:
ü  La liberación de todo preso/a, fuese cual fuese su delito, a la edad de 70 años.
ü  El establecimiento de permisos por motivos familiares, condicionados a la conducta del/la recluso/a.
ü  El permiso para las madres reclusas,  con hijos/as menores de 3 años, de que éstos permaneciesen con ellas.     
Con estas medidas Victoria Kent elimina el carácter punitivo de las cárceles, el sistema carcelario no será una “tumba” para la población reclusa.
Emprende una reforma en las infraestructuras carcelarias con la eliminación de grilletes y cadenas, clausura  numerosas cárceles que no poseían condiciones dignas de habitabilidad, mejora la alimentación e infraestructuras (camastros, mantas, calefacción,…).    En este mismo sentido, reorganiza el funcionamiento interno, con la participación de presos y presas en tareas básicas (limpieza, reparto de comida,…).     Consigna, pues, la participación de la población reclusa en su propio proceso de reeducación y reinserción a través de la adquisición de hábitos, responsabilidades y compromisos,  no adquiridos anteriormente o perdidos en el proceso de desestructuración social.

Para la profesionalización del funcionariado de prisiones creó el Instituto de Estudios Penales, cuyo cometido principal era la formación teórica y práctica del funcionariado  y la elaboración de estadísticas de seguimiento en el ámbito de la delincuencia.   
De esta forma, pretendía eliminar la asignación de personal mediante el sistema de los favoritismos y las simpatías imperante en la dictadura de Primo de Rivera y la época borbónica.     Asimismo, despojaba a las  cárceles de mujeres de las monjas, creando el primer cuerpo de funcionarias de prisiones.
Esta reforma fue llevada a cabo con un bajo presupuesto; el mundo vivía la recesión fruto del crack de 29.  Y, con el enfrentamiento sistemático de la derecha española.   Sin embargo, estaba imbuída del espíritu republicano: Libertad y Justicia.  En palabras de la propia Victoria Kent: “Mientras más escuelas se abren más cárceles se cierran”.
Y ESTA REFORMA TIENE EL TALANTE Y EL IDEARIO DE UNA MUJER.
Ideario que continúa vigente en nuestra Constitución, que en su artículo 25 .2 señala: “Las penas privativas de libertad y las medidas de seguridad estarán orientadas hacia la reeducación y la reinserción social”.
Vivimos una época convulsiva.   La  crisis, que todo lo justifica, recorta presupuesto en la enseñanza pública y, el ministro Gallardón plantea instaurar la  cadena perpetua. 
  Que cada cual saque sus propias conclusiones.
Xaro  Menéndez

1 comentario:

  1. Tal vez sea cierto que de la perspectiva de las mujeres resulta una intervención sociopolítica distinta, lo que es claro, es que las grandes reformas sociales han venido de la mano de las políticas feministas. Gracias Xaro por recordarnos que existe una población reclusa y que aún hoy necesitamos reivindicar reformas diametralmente opuestas a las propuestas hasta ahora y desde ahora con este gobierno. Ana Alonso.

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