«Lo personal es político», gritó el feminismo de los años 60-70. Betty Friedan, autora de La mística de la feminidad , que obtuvo el premio Pulitzer en 1964, espoleó a las mujeres para que se libraran de esa «mística femenina» que las obligaba a ser humildes, invisibles, silenciosas y tímidas y se armaran contra la discriminación en una sociedad que las había devuelto a los hogares («confortables campos de concentración») tras la segunda guerra mundial. Betty Friedan murió en 2006 a los 85 años. (RED FEMINISTA)
"Lo personal es político" supuso abordar problemas comunes de las mujeres, desde la privacidad de cada persona para concluir que ésta es influída por decisiones políticas y, a la vez, que la situación privada de cada persona puede convertirse en una cuestión política. Es el caso de la violencia de género, una situación ligada al ámbito privado, personal, que se transforma en una cuestión política, pública, social. Y en esa transformación influyen las actitudes personales que se suman a otras y lo individual se transforma en colectivo, y desde ahí, con perseverancia pasará a ser una demanda social. Una demanda política. La sociedad exige soluciones políticas a un problema social que se expresa en el ámbito privado. ¿por qué? El problema y la solución se encuentran en la propia estructura social.
Ninguna situación se distancia de ese principio.
Las situaciones de pobreza, desigualdad, desempleo, maltrato, exclusión, drogodependencias, enfermedad y muchas otras, que afectan a las personas deben ser abordadas desde lo colectivo, desde la política, porque afectan a la sociedad en su conjunto, como organización que mantiene en su seno engranajes de relaciones diversas, variadas, dispersas, entrelazadas entre sus individuos que generan sus propias sinergias y que van definiendo claramente la construcción de los valores que impregnan dicha sociedad.
Por ello, lo personal es político. La deconstrucción del sistema patriarcal, es político. La denuncia personal, la suma de demandas personales, debe convertirse en reivindicación colectiva hacia la construcción de una sociedad que se organice alrededor de los principios de igualdad, equidad, solidaridad y justicia social.
Por ello, no podemos dejar de hablar. No debemos renunciar a nuestros derechos y debemos defender nuestros principios, aún siendo impertinentes.
Cada paso que damos hacia adelante es un terreno que debemos defender. Un paso que nos debe alejar de la mística femenina: humilde, sumisa, silenciosa y tímida.
Nos va a tocar hacer mucho ruido, ser valientes, decididas y firmes, porque lo político, la política que desplegarán nuestros gobiernos, nos va a desbaratar derechos, nos va a imponer deberes e intentará que volvamos a los confortables campos de concentración privados, los hogares, de donde nunca, según el ideario patriarcal, deberíamos haber salido.
Frambuesa
Fotografía de "Ian".
Cuenta conmigo para hacer llegar la voz de las mujeres a todos los rincones del mundo porque como muy bien dices, el camino de la igualdad es cosa de hacer políticas sociales, humanas, solidarias y justas sin dejarnos intimidar por la historia de la que nos hablan los cardenales escritos en la piel de la mujer. Dicen que el hombre es el único animal que tropieza dos veces con la misma piedra... quitemosela de delante.
ResponderEliminarMayte Abad, mujer y libre.
"lo personal es político" supuso uno de los pilares fundamentales de las actuales políticas de igualdad, ahora esa idea parece peligrar.
ResponderEliminarNo pudo estar más de acuerdo,somos muchas las personas que queremos dar voz a la desigualdad existente, hacer visible lo invisible, sobre todo en lo cotidiano, que muchas veces se queda en el entorno de los pucheros.Cada vez hay más gente con conciencia de género y espero llegar a ver el día en el que aquellos y aquellas que están comodamente instalados e instaladas en las directrices que marca la sociedad patriarcal sean un reducto aislado.
ResponderEliminarContad con mi voz....
Hoja de Roble