18 de junio de 2012

EMULANDO A CHAPLIN


Lo siento, yo no quiero ser presidente… ese no es mi oficio, sino ayudar a todos si fuese posible; blancos, de color, amarillos… tenemos que ayudarnos los unos a los otros, los seres humanos somos así. Queremos hacer felices a los demás, no hacernos desgraciados, no queremos odiar ni despreciar a nadie. En este mundo hay sitio para todos y todas; la tierra es rica y puede alimentar a todos los seres humanos no a unos pocos.

El camino de la vida puede ser libre y hermoso pero nos lo han quitado. La codicia ha envenenado a parte de la humanidad, ha levantado barreras de odio y nos están empujando hacia la miseria y el paro. Hemos progresado muy deprisa pero nos han encarcelado a nosotros mismos. La mano de obra crea abundancia pero nos han arrebatado su intransigencia nos ha hecho duros y secos. Pensamos demasiado y hacemos muy poco. Más que gobiernos corruptos necesitamos más humanidad, más que inteligencia maligna, tener bondad y cultura.


Ahora mismo con estas líneas espero que mi voz llegue a millones de ciudadanos y ciudadanas en España; hombres, mujeres y niños victimas de un sistema que hace masacrar al ser humano y encarcelar a gentes inocentes. A los que puedan leerme les digo, no desesperéis. La desdicha que padecemos no es más que la pasajera codicia de unos u otras y la amargura de quienes están sin trabajo; de la juventud que no puede ni acceder a una vivienda justa y a una educación gratuita; del cierre de empresas y de perder nuestros derechos; en fin, seguiremos luchando para que algunos políticos, banqueros, jueces, no sigan con sus beneficios a costa del pueblo.

El odio pasará, caerán los corruptos y el poder que se le quitó al pueblo se reintegrará al pueblo así, mientras la humanidad exista, la libertad no desaparecerá. Ciudadanos, ciudadanas, no os entreguéis a esos que en realidad nos desprecian, nos esclavizan, reglamentan nuestras vidas y nos dicen que tenemos que hacer, que decir y que sentir.

Nos barren los cerebros, nos tratan como a ganado y como carne de cañón. No os entreguéis a esos individuos inhumanos, nuestra confianza juntará al pueblo para luchar. No somos ganado, no somos maquinas, somos hombres y mujeres. Lleváis amor en vuestros corazones no el odio, sólo los que no aman nos odian. Compañeros, compañeras, no luchéis por la esclavitud sino por la libertad de todos los hombres y mujeres porque tenemos el poder. El poder de cambiar las cosas, de crear felicidad, de hacer de esta vida libre y hermosa y la convertiremos en una maravillosa aventura.

En nombre de la democracia, utilicemos nuestro poder actuando unidos, luchemos por un mundo nuevo, más digno, que garantice a los hombres y mujeres, a nuestra juventud y vejez, seguridad. Pero bajo esas promesas algunos políticos subieron al poder. Pero mintieron, nunca han cumplido sus promesas ni nunca las cumplirán. Algunos políticos son libres solo ellos, pero esclavizan al pueblo. Luchemos ahora para poder hacer realidad lo prometido. Todos a luchar para liberar a nuestro pueblo. Para derribar barreras, para eliminar la ambición, el odio y la intolerancia. Luchemos por el mundo de la razón y la justicia, un mundo donde la ciencia, el progreso nos conduzca a todos a la felicidad. Ciudadanos, ciudadanas, en nombre de la democracia debemos unirnos y decir basta ya, queremos un país mejor para todos y para todas.

Avelino Fdez Fuerte
Compañero del metal en la U.C. de CCOO de Avilés





2 comentarios:

  1. Si repasamos la historia de nuestro país (toda la historia) observamos que las situaciones se repiten una y otra vez...
    En gran medida hemos desaprovechado los fondos europeos para crear alternativas de futuro duraderas. Lo mismo se hizo con el oro traído de América. Mientras unos países ponían las primeras piedras de su economía, nosotros (nuestros gobernantes, reyes y nobles) lo gastaban en inútiles guerras y lujos innecesarios...
    Da desazón pensar lo poco que hemos cambiado.
    En España hay pocas autonomias que hayan comprendido que de la miseria se sale trabajando más que nadie, no pidiéndo más que nadie. Y de ese desequilibrio histórico tienen la culpa los que nos gobiernan y las instituciones que viven del trabajo y sudor de todos los trabajadores (se que pocos entenderán a qué me refiero)
    Nos falta cultura política pero sobre todo no tenemos claro que tipo de país queremos tener.

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  2. La historia se repite, pero si conocemos la historia, nos dice que sólo la unidad de clase es la clave para el avance de nuestras posiciones: lo más evidente es la unidad de clase que exhibe la clase dominante. Nos falta cultura política y sobre todo, democrática. Como sociedad hemos delegado cada vez más decisiones desinteresándonos de ellas y sus repercusiones nos salpican ahora. Por lo demás, es cierto lo que dice Avelino: "En nombre de la democracia, utilicemos nuestro poder actuando unidos, luchemos por un mundo nuevo, más digno, que garantice a los hombres y mujeres, a nuestra juventud y vejez, seguridad." Ana Alonso

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