Asesinada una joven natural de Avilés con tan sólo 29 años.
13 de Octubre de 2011.
13 de Octubre de 2011.
Esta vez no solo leemos en el titular que un hombre mata a una mujer, esta vez Avilés -el nombre de nuestra ciudad- acompaña la noticia. El Niemeyer deja paso a un drama que no tiene retroceso, que no tiene solución. Por un día nuestra ciudad será vista en el mundo entero como un lugar donde cientos de personas lloran y sufren como consecuencia de un antiguo terrorismo, lloran por una victima más de la desigualdad.
Avilés es un lugar donde impera la razón, un sitio en el que al pasear por las calles, la sensación es de tranquilidad, seguridad. Nada hace presagiar titulares como el de hoy así que nada nos hace mirar hacía atrás. Aún así ¿quién desde su sofá no había vaticinado ya esta posibilidad? El realismo nos lleva a saber, a predecir, pero la calma nos invita a confiar, a caer en la mala idea de que ya está solucionado, que la igualdad existe, que quedan cuatro neandertales pero ninguno capaz de matar -en Avilés al menos no-.
Es suficiente con la Ley , nos protege, es obligación de las entidades subvencionadas, es obligación de la Administración, hacer efectiva esa protección. Y así es. La administración en la figura de su concejalía articula los recursos y adquiere toda responsabilidad económica y moral pero que esos recursos tengan un resultado coherente y eficaz en las victimas, en sus necesidades y soluciones es responsabilidad de toda la sociedad.
Apenas en la vecindad se habían enterado de lo sucedido cuando ya se celebraba en el Ayuntamiento una concentración de repulsa. Este acto estaba previsto realizarse en memoria de la victima de ayer, vecina de Lanzarote, Las lagrimas que hoy se derraman, las voces que hoy se escuchan y los corazones que sufren, lo hacen de la misma manera en Lanzarote y Vigo igual que aquí, en nuestra casa.
Hoy más personas que nunca nos concentramos en el Ayuntamiento; ¿por qué hoy si y ayer no? ¿Qué diferencia hay entre la crueldad contra una mujer o la violencia contra otra? Las dos acaban muertas y enterradas, las dos pasan a ser un número más de una cuenta que se pondrá a cero en Enero de 2012. Ninguna de las dos escribirá un diario hablando de su felicidad, de su maternidad, de sus avances laborales o de cualquiera de sus planes; ninguna de ellas tendrá ya oportunidad de denunciar, de perder el miedo.
Pero tu y yo podemos y debemos denunciar, cada quien desde el compromiso que un día ha adquirido con el resto de la humanidad. Las mujeres que “jugamos” un papel político en esta ciudad tenemos la oportunidad de articular recursos eficaces y eficientes. Tenemos la obligación de apoyar la formación en este campo. Tenemos la obligación moral de concienciar a cada una de las personas con las que nos cruzamos en el día a día. Tenemos que ser transparentes en el uso de recursos, dar opciones y alternativas, demostrar coherencia entre nuestras leyes y su aplicación, .
Desde las áreas de mujer llevamos tiempo evidenciando la pasividad ante las concentraciones de rechazo, actos de repulsa y jornadas informativas. Hemos reclamado responsabilidad política y social para con las victimas.
Hagamos conciencia y respondamos frente al espejo si de verdad asumimos el compromiso de luchar, colaborar, proponer, actuar para corregir los errores que impiden nuestro verdadero compromiso como entidades, como personas, cada quien asumiendo su parte de responsabilidad, nuestro compromiso como sociedad para la erradicación de la violencia contra las mujeres. Se lo debemos a ellas, a las víctimas. Por que Amaranta, mañana, no sea un simple recuerdo ni una historia más sucedida en Avilés.
Mayte Abad.(con tu permiso, lo comparto)
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