Hace muchos, muchos años, iba yo en el tren de cercanías de Renfe, y cerca iban 4 chicos universitarios que por lo que charlaban en voz alta, supe que iban a votar por primera vez en las Elecciones Generales. En las cabeceras del coche, las fotos de Gaspar LLamazares en campaña electoral. Entonces dice uno de ellos mirando a Gaspar: _ Yo a éstos (IU) no les voto, tío, que quieren quitar las ETT´s y a ver dónde voy a currar luego.
El otro día, leo los comentarios de la edición digital de Público sobre la noticia de que se ha desbloqueado la ILP para la Dación en Pago (osea, que tu vivienda cancele la hipoteca que sobre ella recae, tras la tasación del propio banco que te la concede...) y una entrada, firmada por un tal "indignado" dice: _ Os habéis lucido con la iniciativa. Ahora los bancos no nos van a dar más hipotecas, y como mucho el 50%. ¿tenéis el otro 50%? porque yo no...
Ya sé que estos dos especímenes no son representativos de toda la sociedad española, ni siquiera de su juventud, pero da qué pensar ese tipo de reflexiones. Reflexiones que apuntan a poner terciopelo en la alambrada, a echar colonia sobre el estiércol, a pintar un paisaje tras los barrotes... Transformar la sociedad pasa por transformar el pensamiento, y para ello, es imprescindible la toma de conciencia.
Conciencia de clase, añado. Clase trabajadora, que vende sus capacidades por un salario, que aporta al Estado más que los que más tienen, para ofrecer a toda la sociedad una enseñanza, sanidad y servicios sociales necesarios. Clase trabajadora que se las ve y se las desea para emanciparse, formar familias, cuidar menores y mayores, formarse, viajar, divertirse y en demasiados casos, vivir dignamente.
No quiero pintar mi jaula de colorines, quiero salir de ella. Quiero que salgamos de ella.
Frambuesa
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