A veces, hablamos de situaciones, actitudes o modelos de comportamiento, con frases hechas, quizás porque alguien que consideramos expert@ en una determinada materia, pone etiquetas que admitimos como válidas, sin entrar en más detalles.
A principios de verano, como cada año, se celebra el día del orgullo gay, que a estas alturas, reconocemos como una jornada reivindicativa. El caso es que, en diferentes tertulias, en televisión, radio y prensa escrita, se repetía una y otra vez la palabra "tolerancia" y de ahí mi reflexión. Siempre he entendido "tolerar" como aguantar algo con desgana, me explico; tengo que tolerar a mi jef@ o a mi cuñad@,porqué me vienen impuest@s, pero no que dos de mis amigas se acuesten juntas, eso debo RESPETARLO, es su elección y supongo que a ellas les traería al fresco que yo las "tolere"...conociendolas, seguro.
Como soy muy aplicada, antes busqué en el diccionario el significado del "bonito palabro" y textualmente dice: "Sufrir, llevar con paciencia; permitir algo que no se tiene por lícito, sin aprobarlo expresamente". Parece que ahora no nos suena tan bonita la tolerancia, ¿verdad?, simplemente damos por bueno lo que se nos dice y creemos que somos modern@s y politicamente correctos/as.
Un consejito, cuidado con las palabras y opiniones que ponen en nuestra boca, como si fuesen la "verdad absoluta", no vaya a ser que creamos que somos hipermegacorrectísim@s y estemos hipermegacagandola.
Es mi opinión.
Hoja de Roble.