Muchos cafés he tomado con Adelia. Muy pocos los pagué. Adelia era la más rápida sacando el monedero cuando coincidimos en las mañanas antes de entrar al sindicato.
Adelia se nos fué, de repente y para siempre, de nuestro lado. La recordaremos, seguro. La echaremos de menos. En las manis, en las pancartas, era la que coreaba con entusiasmo las consignas más irónicas, mordientes y divertidas, contra la patronal, contra el gobierno, contra los recortes, contra Wert y su maldita y absurda LOMCE que combatía con ardor.
Adelia hablaba con pasión de su profesión, educadora. Esto escribió en un comentario en este blog (la entrada "y yo aquí, pitufando":
Muy buen texto. Lo de los cuentos tradicionales tiene una gran importancia si pensamos que, no solo se leen en el entorno familiar sino que en la escuela ocupan un gran espacio. Yo soy maestra de Educación infantil y os puedo contar de primera mano que me encuentro con cuentos y versiones de cuentos que son puro "adoctinamiento al estilo Wert" de niños y niñas.
ante ésto, y visto que la aniquilación de los mismos no es posible, yo soy partidaria, y así lo hago con mis alumnos y alumnas, de enseñarles a ser críticos ya desde los 3 - 4 años. Os aseguro que es posible. Después de una lectura ( o dos o tres) de un cuento de esta índole, por ejemplo "Caperucita", es precioso ver cómo los niños y niñas de tu clase son capaces de dar respuesta a preguntas como ¿por qué no aparece en este cuento el papá de Caperucita?. Sus respuestas son absolutamente naturales y sencillas, desde que "está trabajando" hasta que " no hay un papá en esa casa porque están divorciados" y otras. Cuando los niños y niñas vuelcan sus realidades en los cuentos, éstos pierden instantáneamente su caracter "moralizador". Desde ese momento, la propuesta que les hago es "reconstruir el cuento" a su manera. Es un ejercicio precioso que a mí, como adulta, me enseña muchas cosas: enseñar a los niños y niñas a pensar por sí mismos es mucho más efectivo que modificarles la realidad vendida en los cuentos; escribir los cuentos que ellos y ellas inventan desde la crítica de lo leído y llevar esos "nuevos cuentos" a casa es auténtica "Educación para la Ciudadanía". Sinceramente creo que pequeños detalles como estos harán cambiar nuestra sociedad....... a mejor. Adelia Castañón.
Todo un resumen de su forma de ser y pensar: pasional, comprometida, crítica, luchadora y esa última línea : pequeños detalles que harán cambiar nuestra sociedad, indican un convencimiento profundo de que las cosas se pueden cambiar y se deben cambiar. Y en eso consistió su trabajo en CCOO.
Se nos fué, pero aquí se nos quedan su generosidad, su recuerdo, su sonrisa y también sus enfados, las ganas de luchar y de aprender. Hasta siempre, compañera.
Ana Alonso.
Muy buen texto. Lo de los cuentos tradicionales tiene una gran importancia si pensamos que, no solo se leen en el entorno familiar sino que en la escuela ocupan un gran espacio. Yo soy maestra de Educación infantil y os puedo contar de primera mano que me encuentro con cuentos y versiones de cuentos que son puro "adoctinamiento al estilo Wert" de niños y niñas.
ante ésto, y visto que la aniquilación de los mismos no es posible, yo soy partidaria, y así lo hago con mis alumnos y alumnas, de enseñarles a ser críticos ya desde los 3 - 4 años. Os aseguro que es posible. Después de una lectura ( o dos o tres) de un cuento de esta índole, por ejemplo "Caperucita", es precioso ver cómo los niños y niñas de tu clase son capaces de dar respuesta a preguntas como ¿por qué no aparece en este cuento el papá de Caperucita?. Sus respuestas son absolutamente naturales y sencillas, desde que "está trabajando" hasta que " no hay un papá en esa casa porque están divorciados" y otras. Cuando los niños y niñas vuelcan sus realidades en los cuentos, éstos pierden instantáneamente su caracter "moralizador". Desde ese momento, la propuesta que les hago es "reconstruir el cuento" a su manera. Es un ejercicio precioso que a mí, como adulta, me enseña muchas cosas: enseñar a los niños y niñas a pensar por sí mismos es mucho más efectivo que modificarles la realidad vendida en los cuentos; escribir los cuentos que ellos y ellas inventan desde la crítica de lo leído y llevar esos "nuevos cuentos" a casa es auténtica "Educación para la Ciudadanía". Sinceramente creo que pequeños detalles como estos harán cambiar nuestra sociedad....... a mejor. Adelia Castañón.
Todo un resumen de su forma de ser y pensar: pasional, comprometida, crítica, luchadora y esa última línea : pequeños detalles que harán cambiar nuestra sociedad, indican un convencimiento profundo de que las cosas se pueden cambiar y se deben cambiar. Y en eso consistió su trabajo en CCOO.
Se nos fué, pero aquí se nos quedan su generosidad, su recuerdo, su sonrisa y también sus enfados, las ganas de luchar y de aprender. Hasta siempre, compañera.
Ana Alonso.
Después de leerlo varias veces, me sigue poniendo la piel de gallina, es precioso. Has conseguido plasmar todos sus valores con sus palabras y su calidad humana con las tuyas. Te mando todo mi cariño compañera :) Tomatito Cherry
ResponderEliminarGenerosidad. En tu relato es la cualidad que más destacas en Adelia, y la que más falta nos hace en estos momentos donde tantas personas están sufriendo la falta de recursos. Generosidad por parte del gobierno en su toma de decisiones, generosidad, por parte de las oligarquías inmersas en su propio mundo... Y es lo que yo siempre digo, el pueblo llano puede dar mejores y más firmes lecciones de moral que los que se creen por encima de él.
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