_ ¡no, no y no! Estoy a favor de la igualdad pero...
_ ¡ya estamos! Mira, Samuel, ese pero sobra...
_ ¡es que es verdad! en mi curro ha pasado una mujer a ser jefa de logística por el morro...
_ ¿cómo que por el morro? ¿no tenía la titulación? ¿suspendió el examen?
_ no... no es eso... Fué al examen y tiene el título, pero Marcos, ya sabes, Marcos el de Tinín, sacó la misma nota, aprobaron los dos y promocionó ella... ¡no fastidies! eso no es igualdad ni nada de nada...
_ Sería que hizo mejor la entrevista personal...
_ ¡vaya coladero la entrevista personal! ahí está decidido todo de antemano, va a entrar quien diga el jefe de recursos humanos...
_ ya, ya... pero si hubiera entrado Marcos ¿eh? ya no es un coladero, ya no sería capricho del jefe... seguro que pensarías que es lo más justo del mundo...
_ ¡eso no tiene que ver! Marcos es un tío preparado, competente... ¡parece mentira pa ti, Merce, que le conoces de sobra...!
_ ¿Me quieres decir que la chica esa no está preparada, ni es competente?
_ no... no es eso... es que... ¿yo qué se? lo que te digo es que entró ella y Marcos quedó fuera. Además, está hecho polvo, que ya tenía la plaza en la mano, ya se había hecho a la idea, por eso, porque estuvo estudiando un montón para sacarla... y ahora....está hundido, Merce ¡pobre chaval!
_ Ya, ya, ¡pobre Marcos! la empresa promocionó a esta chica, que aprobó el examen, que tiene el título, que supera la entrevista personal... ¡qué injusticia más grande, Samuel! ¡qué injusticia!
_ ¡no seas retorcida! ¡yo no he dicho eso!
_ no... pero tal parece que esta chica ni se preparó el examen ni se hizo ilusiones, como Marcos, de ascender... No sé por qué, pero cuando pasan estas cosas, los hombres, muchos, no todos, claro, os lo tomáis como si os hubieran usurpado un derecho... como si los espacios, los puestos, los méritos... fueran siempre vuestros. Es como si esta chica le hubiera quitado el puesto a Marcos a dedo, arbitrariamente... y encima, tú, te sientes tan desolado, casi, como él... y seguro que tus compañeros igual... estarán diciendo todos lo mismo...
_ ¡pues sí! ¡es que no hay derecho! es que queréis estar en todas partes...
_ ¡a mi no me metas, Samuel! sabes que yo tengo mi curro de mierda, con salario de mierda y que nunca tuve tiempo para preparme en condiciones para mejorar...
_ ¡no estoy hablando de ti, Merce...!
_ ¡sí! ¡sí que estás hablando de mí, también!... cuando nos casamos dejé de trabajar porque enseguida tuvimos a Luis y al año a Lauri, que es verdad, que estuvimos de acuerdo en que mejor tenerlos pronto y seguidos... la parejita... Que hice más horas extras en casa que en ninguna empresa... que cuando me matriculé para sacar el bachiller por libre... ¡es que no tenía tiempo ni pa dormir! y la casa y el cole y... ¡mierda! ¿qué? ¿a qué puedo aspirar yo? ¿eh? Me pasé media vida atendiéndoos, media vida mía, Samuel, ¡mía! y cuando quiero volver a trabajar ¿que encuentro? ¡curros de mierda!
_ Jo, Merce... estas sacando las cosas de quicio... te lo tomas como algo personal...
_ Mira Samuel, lo que quiero decirte es que las mujeres lo tenemos chungo, muy chungo y si de milagro, porque es casi un milagro, una empresa favorece la promoción de una mujer ante un hombre a igualdad de méritos... pues bien, porque Marcos estará muy preparado, y ahora muy triste, pero sólo por el hecho de ser hombre tiene mil oportunidades más que cualquier mujer, por preparada que esté, de mejorar y promocionar... y ¿sabes por qué?
_ ¿por qué? a ver...
_ porque los hombres se apoyan entre ellos, se favorecen unos a otros, se fian unos de otros, porque los que mandan son hombres, los dueños de las empresas son hombres y porque todos esos hombres suelen tener una mujer que carga con todo lo demás que les quitaría tiempo y energía para estudiar, viajar, descansar, hacer deporte o lo que coño hagáis los tíos cuando no tenéis que fregar ni ir al pediatra o a la compra o al colegio...¡coño! ¡ya está bien! El mundo no os pertenece, Samuel, las mujeres somos la mitad del mundo y nos tenéis de esclavas, de criadas...
_ Oye, Merce... que eso no lo dirás por ti... que yo...
_ ¿tú qué, Samuel? ¿tú qué...?
_ Nada... mejor lo dejamos...
_ ¿mejor para quién, Samuel?
Frambuesa Por un 8 de marzo en igualdad y buenas compañías.
Y se te ha olvidado el drama que pasan cuando ella trae más salario a casa. No veas lo inseguros que se sienten... Hay que andar con pies de plomo.
ResponderEliminarEn general en todos los ámbitos de trabajo acostumbran a hacer la pinza y los puestos de responsabilidad se los dan a ellos y punto.
Lo tenemos crudo ¿Eh?. Hay que seguir trabajando el tema.
En la calle, o en las familias, la mentalidad de la gente, en general, ha evolucionado bastante. El problemas más grave consiste (a mi modo de ver) en que aun hoy en día no nos hemos puesto a trabajar en serio para conciliar horarios, ni en hacer suficientes guarderías municipales, ni se contempla trabajar desde casa (en algunos ámbitos).
y claro, si la familia no marcha bien por falta de atención aun parece que se mira como culpable a la madre antes que al padre. Pero somos mujeres y no super womans oye!... Aunque algunas tengan que hacer tal esfuerzo que realmente lo parezcan.
Saludos.
Alba, como siempre acertada. El cambio de mentalidad es un proceso lentísimo y no exento de manipulaciones. El día que las mujeres nos pongamos en huelga en la casa, pero de verdad (no hacer compra, ni comida, ni llevar a los niños al cole, no atender a las personas enfermas...) aunque sean 24h... tal vez se vea el valor del trabajo no remunerado...
ResponderEliminarSaludos. Ana Alonso